Abstracciones Barrocas, de Carlos Castro



Texto sobre el proyecto -Abstracciones Barrocas- de Carlos Castro,
desarrollado para el programa Nuevas propuestas 2007 de la Alliance Française, Bogotá.

Año: 2007

Los diversos proyectos artísticos que hasta el momento ha realizado Carlos Castro parecen centrar su atención en las características secundarias que determinan que algo sea definido como arte. Le ha interesado la construcción cultural de la “autoría”, tanto como la aparente “ausencia de estilo” dentro del arte del último siglo. Sus obras suelen sustentarse en diversos medios, seleccionados de acuerdo con las circunstancias y con los hechos que las motivan.

Recientemente ha indagado acerca de las posibles conexiones entre el exceso de ornamentos y la referencialidad formal que caracterizan el rococó y la austeridad y autoreferencialidad que definen las opciones más rigurosas de la abstracción. Habitualmente, el rococó se asocia con el placer que produce la saturación de las formas de origen orgánico, mientras que la abstracción suele vincularse con la sublimación de los procesos racionales y su económica expresión sensible. Se enfrentan en los mismos términos en que lo hacen el cuerpo y la mente, pero también pueden concebirse como complementos de una misma concepción cultural. El rococó puede interpretarse como un “horror al vacío” que contrasta con la abstracción valorada como una plenitud del vacío que llega a superarlo. Ambas opciones son formas de encontrarle sentido a la existencia que hemos heredado, por lo que se nos muestran como síntomas de los procesos de colonización política y simbólica que han determinado nuestras prácticas culturales hasta la fecha.

Para acercar estas dos nociones Carlos Castro las analiza desde un punto de vista estilístico que las aproxime irónicamente y que ponga en cuestión sus implicaciones ideológicas. En el camino de construir esta relación él ha yuxtapuesto referentes de la “alta” y “baja” cultura, como suele llamarse a los residuos de la confrontación entre las culturas: dominante y dominada en el escenario colonial. Los excesos decorativos del rococó en su momento histórico funcionaron como formas de distinción social, dado que se pensaban como expresivos de las peculiaridades de los sujetos a los que estaban dirigidos y que de hecho los poseían. Las fantasías de igualdad social que emergieron con la revolución francesa eclipsarían ese “estilo”,  pero las luchas simbólicas por generar nuevas formas de distinción social entre los sujetos se mantendrían vigentes a lo largo del siglo XX, como podemos ver desde nuestra época. Las corrientes abstraccionistas pueden haber replanteado los alcances de esas formas de distinción y al parecer han dejado efectos fuera del mundo del arte en una esfera cultural más amplia.

Entre los emblemas visuales que utiliza como puente entre la abstracción y el rococó, están las imágenes del test Rorschach empleadas por la psicología para ubicar el deseo de los sujetos, dado que no representan nada en concreto fuera de ese deseo. Al tratarse de imágenes simétricas realizadas por un gesto aleatorio, parecen aproximarse a la fuente que nutre el rococó: las fuerzas de la naturaleza. El tratamiento que da a estas imágenes apunta de nuevo en dos direcciones porque emplea acabados impersonales y seudoindustriales a la vez que las sitúa en bastidores abullonados enmarcados decorativamente. Estas pinturas son uno de los núcleos de la exhibición pero están acompañadas por diversos tipos de objetos que gravitan en todo el universo de relaciones que acompañan el proyecto y replantean los alcances de la abstracción y la decoración.

Aparece un típico mueble “estilo Luis XV” como suelen tipificarse ciertas formas del barroco, que no es otra cosa que una reelaboración del popular juego de “rana” que también emplea el azar, pero de forma distinta al mencionado test psicológico. También se incluyen unas macetas de mármol tallado en donde siembra maleza, que recuerdan el diseño de los jardines del palacio de Versalles, ahora conquistados por una naturaleza des-idealizada.

Los distintos gestos des-racionalizadores que hacen parte de este proyecto y en particular los objetos en mención, parecen abordar la misión cultural de la alianza Francesa de Bogotá, que le sirve de sede, como uno de los blancos de análisis del proyecto.   


Jaime Cerón