Activismo y performatividad, The trans      


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Año:  2012

En 2012, como parte de la implementación del Programa Salones de Artistas del Ministerio de Cultura de Colombia, se desarrolló el proyecto La Cooperativa, que surgió como una plataforma de relación entre artistas, curadores, historiadores y críticos para generar encuentros, intercambios y colaboraciones mutuas.  Uno de las piezas (si es que se puede llamar así) que se presentó en este contexto, resultó altamente inquietante porque desafiaba la gran mayoría de las concepciones habituales que vienen a la mente cuando se piensa en la relación entre arte y activismo.  Se trataba del proyecto The Trans, que implicaba simultáneamente procesos de trabajo de campo, piezas de video, material impreso, piezas sonoras y performance.

Este proyecto es desarrollado por El Grupo 0,29 junto con León Felipe Jiménez quienes lo definen como una iniciativa multiplataforma que se pone en circulación a través del performance, la intervención urbana, la comunicación alternativa, las plataformas web, las pedagogías blandas y la escritura.  La finalidad de esta iniciativa es abrir el debate sobre los organismos modificados genéticamente tanto en Colombia como otras regiones.  La primera parte del proyecto tuvo lugar en el Valle de Tenza en Colombia y han desarrollado un proceso similar en Santa Cruz, Chile.

El proyecto The Trans ha buscado activar diversos espacios de discusión en torno a la manera como las incursiones biotecnológicas y empresariales -que se requieren para modificar genéticamente organismos- afectan tanto las economías locales como la salud pública, las prácticas culturales y el conocimiento ancestral de los grupos y pueblos que viven de la agricultura y la conservación de especies.

El modo de operar del proyecto, implica inicialmente la investigación teórica para conocer la situación sobre la cual actuar y como un mecanismo para establecer el estado en el cual se encuentra la legislación en el contexto. Posteriormente desarrollan un trabajo de campo para expandir su aproximación al entorno y a las personas involucradas.  Estas dos fases las acompañan con la producción de piezas audiovisuales que serán insumos para los performances. Los performances los realiza una banda musical conformada por frutas y verduras que abordan la situación y sus amenazas en las comunidades. Estas piezas musicales se basan en ritmos como el reggeaton, el hip hop o la carranga. 

Para ellos el uso del performance implica un relevo de los discursos militantes y las posiciones panfletarias que son los lugares comunes de este tipo de intervenciones.


Jaime Cerón