Devolviendo el rumbo,  el autostop de Víctor Escobar

Texto de sala para exposición de Victor Escobar en la Galería Valenzuela Klenner.
Año: 2004

1.

Algunos verbos al escribirse o nombrarse en infinitivo traen a la mente una acción continuada, que determina su dimensión material.  Expresiones verbales como, amarrar, plegar, u ordenar, pueden llegar a sugerir tales actos en el ámbito de la experiencia. De otro lado existen procedimientos materiales, que cuando son llevados a cabo, dejan huellas que pueden llegar a instalarse en el espacio de la mente como un verbo en infinitivo o una acción continuada. Es así como un bloque de libros apilados ordenadamente sobre una mesa, un closet lleno de ropa de cama doblada, una alfombra enrollada, o la acomodación precisa de una vajilla dentro de una alacena, pueden llevarnos a percibir tácitamente la continuidad de la acciones que les sirvieron de origen.  De esa forma tales configuraciones podrían ser equivalentes a nombrar en infinitivo los verbos que las llevaron a existir que podrían ser: apilar, doblar, enrollar u organizar.

Desde hace unas tres décadas muchos artistas han intentado que sus obras ingresen dentro del mismo flujo temporal o performático, compartido por los espectadores, ya sea apropiándose de fenómenos del habla o proyectando intervenciones materiales. La finalidad de estas operaciones puede ser, tanto la búsqueda de garantías para una comunicación más estratégica con los públicos, como un replanteamiento de la concepción misma de lo que se entiende por práctica artística, como tal.  Las operaciones verbales y materiales descritas en el párrafo anterior, podrían verse como alternativas potenciales para situar un determinado proceso artístico dentro de una temporalidad expandida. Esta continuidad no solo estará sintonizada con la duración que gobierna a los espectadores, sino que también se orientará hacia su dimensión espacial.

2.

La anterior reflexión me es suscitada ante el video Autostop, realizado por Víctor Escobar,  en donde un hombre latino, parado junto a una autopista de alta velocidad, hace insistente auto-stop, con un gesto contínuo, a todos los vehículos que transitan por ella. A juzgar por el atuendo del sujeto en cuesión, camiseta, bermudas y gafas de sol, se trata de la época de verano y a juzgar por el tipo de avenida y por la morfología de los automóviles, este hecho debe ocurrir en un país europeo.  La insistencia de este gesto se agudiza por la conformación de un loop digital, a partir de la secuencia original del video que convierte esta acción en un gesto interminable.

Un elemento temático se superponen al gesto mencionado, para resignificarlo, y es un letrero que dice Colombia, que es sostenido por el sujeto en su mano izquierda, anunciando aparentemente  el destino de su búsqueda. De esta forma el recorrido planteado parecía tomar de base las rutas habituales de inmigración en América Latina, tanto legales como ilegales) que siguen un movimiento en sentido sur - norte, o un desplazamiento del "tercer" al "primer mundo".  Al revertir el sentido del recorrido por el destino exhibido, se produce una inversión ideológica de la inmigración y se desmantelan valores agregados al trayecto "original".

Este sesgo se intensifica por la presencia de una "banda sonora" del video, consistente en un corrido mexicano llamado "Cruz de marihuana", interpretado por los Jilgueros del Campo. La lírica de esta canción alude a una forma de vida marcada por valores no reconocidos por el establecimiento, es decir "ilegales" y los utiliza como soporte de la conmemoración de la muerte por ritos no asimilables a las convenciones establecidas al respecto por los sistemas hegemónicos de construcción simbólica. Màs allá de los principios sociales o creencias religiosas habituales, la canción alude a la muerte como un espacio de representación simbólica de las propias formas de vida.

En relación con el video, la densidad cultural de la "banda sonora", genera un comentario irónico sobre el romanticismo que puede despertar el deseo de volver al lugar de origen, cuando éste se encuentra marcado por el trauma histórico y la tragedia política. De esta manera se puede pensar como única alternativa el retorno a una especie de destino mortificante e ineludible, que ha sido producido por un determinado trasfondo histórico.

De acuerdo a lo anterior se podría decir que la identificación del verbo en infinitivo que podría sugerir la acción continua del auto-stop se desplazaría paulatinamente a medida que se identifiquen y analicen sus diferentes componentes, de tal forma que podría implicar acciones tales como regresar, vacacionar o inmigrar junto a otras como fracasar, peligrar o morir.



Jaime Cerón