Eclipse
Texto para la exposición -Eclipse- de Óscar Muñoz en la Galería Santa Fe.
Año: 2002
Esta noche será larga y oscura...
Canción popular.
Casi unánimemente, los eclipses han sido interpretados como signo
adverso: son algo indebido, que rompe la armonía de las leyes naturales. El
astro eclipsado se considera muerto o, por lo menos, roto. La deducción china
es directa: el desorden cósmico así manifiesto es causado por algún desorden
microcósmico, por culpa del emperador o de sus esposas.
En cuanto mal augurio, los eclipses anuncian la inminencia de
catástrofe; éstas pueden ser, incluso, las catástrofes totales que corresponden
al término de un ciclo. La reaparición del astro en su estado íntegro mostrar el inicio del ciclo subsiguiente.
En el
Perú antiguo existían
para este fenómeno varias explicaciones, de hecho uno de
ellos anunció la llegada de los españoles: el astro devorado por un
monstruo, el sol se
cubre por cólera contra los
hombres, el astro está enfermo y muere.
El eclipse en tanto que señala una desaparición, una ocultación
accidental de la luz, está universalmente considerado como un evento dramático. Por
otra parte, no contradice la interpretación de signo adverso el valor atribuído a los eclipses como forma de lucha entre luz y tinieblas.
Eclipse es una instalación que
consiste en 12 espejos cóncavos dispuestos contra la pared de la sala en una
línea a la altura de la mirada del observador. Estos espejos toman los rayos de
luz, que pasan a través de un orificio, provenientes del exterior y rebotan la
imagen externa contra el panel de la galería. Sin embargo esta imagen
proyectada, no se puede ver completamente por que el espejo cubre una gran
parte de su reflejo, creando una confrontación entre el círculo de luz
proyectada que contiene la imagen exterior y otro círculo; el espejo, que
impide su visión completa. La instalación representa los diferentes momentos de
un eclipse incompleto, es decir, sin las fases inicial ni final del fenómeno.
Por todos es sabido que el espejo cóncavo ha sido usado tanto para
mirar el cielo por los astrónomos, speculum,como para pintar y representar el mundo por los artistas, camera obscura; esta obra
retoma estos antiguos mecanismos y los mezcla: se mira la tierra como un objeto
artístico/astro, desde la misma tierra, desde una Galería/ Planetario. Una
mezcla que intenta especulaciones y consideraciones:
“Originariamente “especular” significaba
observar el cielo y los movimientos relativos de las estrellas con la ayuda de
un espejo. Sidus (estrella) ha igualmente
derivado en “consideración”, que significa etimológicamente mirar el conjunto
de estrellas. Estas dos palabras abstractas, que designan hoy operaciones
altamente intelectuales, están enraizadas en el estudio de los astros
reflejados en espejos. Se introduce de este modo una bella paradoja: el reflejo
aséptico del espejo se superpone a otro reflejo especulativo. La naturaleza de
lo especular contiene por igual ambas visiones y si una quedaba eclipsada por
la otra se debía tan sólo a una toma de posición apriorística.” Joan Fontcuberta
Tal vez el objeto mítico más cercano a estos espejos y sus
proyecciones, sea el escudo de Perseo en su lucha contra la Medusa, un elemento
de defensa que Perseo convierte, no sólo en el objeto que lo protege de la
visión directa de la Gorgona si no en su arma principal para
enfrentársele. Aunque considero inútil
tratar de dar interpretaciones de los mitos, creo que hay una alusión cercana a
éste, entre otras cosas, porque evita la visión directa del referente,
proponiendo una confrontación diferente; una mirada indirecta e invertida, una
imagen que se inscribe en un círculo y se fija sobre la pared.
Sin embargo, esta fijación es ilusoria: son imágenes sin pasado y sin
memoria, sólo vemos o dejamos de ver lo que está sucediendo, es decir imágenes
no petrificadas como en la fotografía.
Jaime Cerón