El final de los comienzos, Robert Rauschenberg



Publicado en: Arcadia.
Año: 2008

Con Robert Rauschenberg comenzaron muchas cosas. Más allá de ser un pionero del arte pop norteamericano, revertió muchos de los principios que hicieron pensar que la pintura fuera una actividad moderna. Durante los cincuenta interrogó la pintura moderna con más insistencia que una agencia de espionaje, hasta hacerla confesar sus más oscuros secretos y fantasías. Si los teóricos modernos pensaron que el arte pictórico se resolvía en la superficie de un cuadro, Rauschenberg nos hizo ver que las superficies “no son como las pintan” porque nos muestran que una obra no es diferente de los demás objetos que pueblan el mundo.

Rauschenberg nació y creció en un pequeño pueblo de Texas, Port Arthur, a mediados de los años veinte y poco después de cumplir veinte años comenzó sus estudios de arte que lo llevaron de Kansas City a Paris y luego a Nueva York. En sus obras tempranas intentó marcar una diferencia con la generación precedente conocida como el “expresionismo abstracto”. Esto lo condujo primero a hacer pinturas negras y blancas y luego a “combinar” realidad y ficción, introduciendo objetos cotidianos en sus pinturas mediante un giro de 90 grados que los harían pasar del suelo a la pared.  Estas operaciones conocidas como “Combinados” trastornaron definitivamente la práctica del collage y se encargaron de extirpar los sentimientos subjetivos del arte norteamericano, que los artistas de los cuarentas habían promovido con tanta eficacia. (No hay que olvidar que la promoción de libertad individual asociada con el “expresionismo abstracto” fue de mucho interés para la CIA al punto que algunos historiadores denominan a este movimiento “el realismo capitalista” equivalente occidental del “realismo socialista”.)

Una pieza emblemática de la postura que asumió frente al arte precedente es “Dibujo de Willem de Kooning borrado por Robert Rauschenberg” de 1953. El episodio que rodeó la génesis de esta obra ha sido narrado con algunas variaciones a través de entrevistas y relatos. En general las distintas versiones coinciden en que Rauschenberg fue al estudio de De Kooning, a quien ya conocía, le contó su intención y causó una fuerte intriga en el “maestro”. De Kooning era uno de los artistas vivos más importantes en los Estados Unidos a comienzos de los años cincuenta y se consideraba como un extraordinario dibujante. Rauschenberg estaba fascinado con una fotografía, publicada el año anterior, que lo mostraba en su estudio junto a una de sus obras.  Cuando De Kooning aceptó tomar parte en la acción decidió que el acto de borrar fuera fundamental lo que lo llevó a escoger una imagen realizada en tinta y crayola sobre papel, mucho más difícil de erradicar que un trabajo en lápiz.  Se dice que a Rauschenberg le tomó cerca de un mes descubrir nuevamente el blanco del papel bajo el dibujo. No existe ningún registro fotográfico de la obra borrada lo que la hace existir aun más como una idea. Sin embargo el acto performático de borrar fue también fundamental.

Es necesario aclarar que para Rauschenberg no se trató de ningún modo de un gesto negativo, sino de una forma de dibujar con el otro extremo del lápiz, es decir el borrador. Es una obra que en cierta forma concluye su búsqueda del blanco que toda su generación exploró de formas diversas, como fue el caso del silencio, literal para la música de John Cage, o metafórico para muchos escritores. Y al mencionar la escritura falta decir que el título de la obra, "Erased de Kooning Drawing, Robert Rauschenberg, 1953” escrito en una tarjeta en la parte inferior del marco, fue ideado y realizado por Jasper Johns, haciendo notar que para producir esta obra, aparentemente tan sencilla, fue necesaria la colaboración entre tres artistas. Por aquel tiempo, Johns y Rauschenberg, compartieron más que el edificio de la calle Peal en Nueva York o el alumbramiento del pop art norteamericano; compartieron una íntima relación que también fue cubierta de silencio.

En 1958 conoció al -en ese entonces no tan famoso artista- Marcel Duchamp y fue, junto con Jasper Johns, uno de los primeros artistas en releer su trabajo y situarlo como un referente estructural.  Esta referencia puede rastrearse en obras como el telegrama que envió en 1961 a la galería de Iris Clert en París en donde decía que se trataba de un retrato de Iris Clert simplemente porque él lo decía. A comienzos de los 60 produjo sus primeras obras serigráficas que hicieron funcionar las superficies pictóricas como imanes ante el mundo exterior.  En 1968 el crítico Leo Steinberg trató de tipificar el carácter de las imágenes de Rauschenberg para lo cual tuvo que acudir al término posmodernismo, en lo que fue el primer uso en el campo artístico de esta palabra que un par de décadas después sería pronunciada hasta el cansancio.

El legado artístico de Rauschenberg es tanto icónico como iconoclasta y así debe verse el último salto al vacío que dio el pasado 12 de mayo.