la Caja Vacía de Manuel Calderón


Publicado en: ArtNexus. no. 153.
Año: 2018

Entre julio y septiembre de 2017 se realizó la exposición “La Caja Vacía” de Manuel Calderón, en el segundo piso de la Galería El Museo de la ciudad de Bogotá. Para esta muestra Calderón, quien solía ser reconocido como dibujante, presentó tanto imágenes gráficas como piezas objetuales que en general funcionaban como dispositivos ópticos.  Tanto las imágenes como los objetos que conformaban la exposición La Caja Vacía, parecían sugerir que no eran otra cosa que modelos a escala de una realidad material que anteriormente fue proyectada gráficamente, como es el caso de las ciudades, que comienzan a ser planificadas sobre una mesa de dibujo.  Las piezas en su conjunto actuaban como equivalentes mentales de las ideas que anteceden la configuración de un espacio y por esa razón, todas tenían una escala reducida. Esa condición las hacía ver como espacios condensados ya fuera en 2 o en 3 dimensiones.

El artista hace mención al hecho de que la inserción de los sujetos dentro de la visualidad del mundo, los lleva a comprender que hay una pantalla estructurada como una retícula, que antecede y sustenta la apariencia visual de todas las cosas que conforman el mundo. En los discursos que abordan el fenómeno de la experiencia visual, se suele decir que la visualidad es el cruce entre la dimensión social de lo visual y la dimensión visual de lo social.  En ese orden de ideas, técnicas como la perspectiva geometral -que ha sido preeminente en el arte occidental de la era moderna-, son parte de esa visualidad, que funciona como una pantalla nos deja ver de una cierta manera.

Desde el enfoque propuesto en la exposición la Caja Vacía, es importante prestarle atención al sentido que tiene un emblema visual como la retícula. En el contexto artístico moderno, la retícula parece haber pasado de ser tácita a omnipresente, dado que antes del siglo XX se usaba para sustentar la ampliación de imágenes, o para estructurar sus proporciones o para transferir la realidad a la representación artística o incluso para configurar la perspectiva geometral. Sin embargo a partir del arte realizado desde la vanguardia histórica, la retícula se ha vuelto una presencia recurrente en el trabajo de un sinnúmero de artistas y se ha mantenido visible, década tras década hasta el siglo XXI. Por esa razón muchos teóricos se han referido a la retícula como a un grado cero de la imagen artística.

En las obras gráficas de Manuel Calderón estaba latente la imagen de la retícula, pero se articulaba con matrices morfológicas relacionadas con patrones geométricos cargados de referencias culturales.  Es así como podrían entenderse como estructuras autoreferenciales en el campo de la geometría, tanto como fragmentos de superficies arquitectónicas tales como papeles de colgadura o tipos de pisos.  De esa manera, la dimensión abstracta de la primera lectura se trastornaba cuando era posible realizar un acercamiento de carácter referencial.  En ese sentido funcionan como una geometría cultural, que era el término que usaba Jeffrey Deitch para hacer mención a imágenes abstractas que podían articularse a interpretaciones referenciales, como ocurre con una bandera que representa una nación.  Sin embargo en algunas de estas imágenes esos patrones abstractos incluyen referencias directas a espacios arquitectónicos como ocurrirá en sus contrapartes objetuales.

En la mayor parte de los objetos que conforman La Caja Vacía, el exterior de la pieza es un guacal, enteramente similar a las cajas de madera en donde se empacan las obras de arte cuando van a viajar, salvo que la cara frontal está hecha de vidrio para dejar ver lo que ocurre en su interior.  En estas piezas ese espacio interior es una estructura ilusionista, que parece enteramente configurada por la perspectiva propia de un el ojo humano. En todos los casos se percibe un espacio arquitectónico de escala reducida, en donde se hacen presentes patrones formales de carácter geométrico, en sus pisos y paredes, similares a los que dan forma a las piezas gráficas.

Todas las piezas objetuales que hacen parte del proyecto, recuerdan los dispositivos ópticos que se emplearon para conformar la visualidad moderna, tales como las linterna mágicas, las cámaras oscuras o las cajas de perspectiva, entre otros, que nos traen a la mente las herramientas que han aportado la ciencia y la tecnología para trasferir la experiencia visual del mundo hacia las imágenes artísticas, de forma similar a los usos de la retícula anteriormente mencionados.

El conjunto de obras que conformaron La Caja Vacía se basaban en una apropiación de los artilugios que han sido empleados por el arte para hacer que la experiencia visual del mundo pueda ser reconstruida por las imágenes y los objetos de una manera tal que los cuerpos y los ojos de los espectadores logren recrear la propia visualidad que los conecta con el mundo.


Jaime Cerón
noviembre de 2017