MDE 07 Encuentro internacional Medellín 2007
prácticas artísticas contemporáneas


Museo de Antioquia,Casa Tres Patios, Fundación Universitaria Bellas Artes, La Jikara Galería Café, Taller 7,Museo De Antioquia, La Casa del Encuentro, Museo Universitario (U. de A.), Eafit, Museo de Arte Moderno de Medellín, Suramericana, Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, Alianza Francesa, Centro Colombo Americano

2007 - Medellín, Colombia

Artistas invitados:
Adolfo Bernal, Alberto Baraya, Ana Claudia Múnera, Ángela Detánico y Rafael Lain, Antoni Muntadas, Antonio Caro, Anny y Siebel Östürk, Beatriz Olano, Beatriz Santiago, Bernardo Ortiz, Carla Fernández, Carla Zaccagnini, Cildo Meireles, Cristina Lucas, David Palacios, Delcy Morelos, Dennis McNulty, El Camión, Erick Beltrán, Federico Guzmán Romero, Federico Herrero, Fernando Sánchez Castillo, Fredy Serna, Gabriel Sierra, Gloria Posada, Héctor Zamora, Humberto Junca, Instant Coffee Collective, Jaime Ávila, Jaime Iregui, Javier Peñafiel, Jesús Abad Colorado, José Alejandro Restrepo, José Antonio Suárez Londoño, Juan Camilo Uribe, Juan Manuel Echavarría, Libia Posada, Liliana Angulo, Liliana Vélez, Lucas Ospina, Mabe Bethonico, María Angélica Medina, María Teresa Cano, Marjetica Potrc, Mateo López, Michael Beutler, Miguel ángel Rojas, Milena Bonilla, Nicolás Consuegra, Pedro Reyes, Populardelujo: Juan Esteban Duque, Roxana Martínez y Esteban Ucrós. Point d’Ironie, Pulgar: Luis Romero. Renata Lucas, Revista Asterisco: Bárbara Santos, Luisa Úngar, Mónica Páez, Nadia Moreno, Nicolás Consuegra. Revista Valdez: Bernardo Ortiz, François Bucher y Lucas Ospina. Robot, Rodrigo Bueno, Santiago Cirugeda, Tatzu Nishi, Tomás Saraceno, Vasco Araujo, Victor Andrés Muñoz, Gabriel Zea, Camilo Martínez, Carolina Salazar, Fernando Pertúz, Adriana Bernal,  Juan Fernando Herrán, Miler Lagos, Luis Fernando Ramírez, Liliana Sánchez

Curadores: Alberto Sierra, Ana Paula Cohen, Jaime Cerón, José Ignacio Roca, María Inés Rodriguez, óscar Muñoz, Óscar Molina (curador de cine), Héctor Buitrago (curador de música)

Asistentes de Curaduría:
Adriana Pineda, Catalina Rojas, Conrado Uribe, (Museo de Antioquia:)
Juan Esteban Ordóñez, Juan Manuel Perdomo, Julián Urrego, Manuela de los Ángeles García, María del Rosario Escobar, Olga Lucía Escobar

Créditos completos del MDE 07 aquí

Los ejes del encuentro MDE07

Cuando los curadores del Encuentro de Medellín MDE07 propusimos el concepto de espacios de hospitalidad como fundamento para la curaduría del proyecto, nos dimos cuenta de que era necesario determinar las contradicciones y los conflictos que este concepto involucra, así como precisar estructuralmente sus alcances. Por esta razón decidimos desglosarlo en una serie de categorías que tuvieran un significado antitético, y por lo mismo pudieran evidenciar las fronteras entre las que se define y experimenta la hospitalidad. Pensamos que sólo de esta manera la noción de hospitalidad llegaría a tener pertinencia como un principio para revisar la relación que establecen las prácticas artísticas contemporáneas con el campo cultural en general.

Al entender la hospitalidad como una serie de espacios ⎯materiales o simbólicos⎯ dispuestos para acoger a otros, nos interesó hacer notar las disputas sociales, culturales y políticas que se desprenden de su proceso de ocupación. Para indagar sobre esta situación conflictiva enunciamos cinco ejes, que operaron a manera de categorías dentro del concepto curatorial. Las primeras tres se expresan a través de tres contradicciones de términos: hospitalidad/hostilidad, xenofobia/xenofilia, parasitismo/simbiosis, y las otras dos como principios transversales: residentes urbanos y habitando el museo. Estas últimas provienen de indicios de in-habitabilidad que caracterizan tanto a los espacios institucionales del arte como a los lugares públicos de las ciudades.

Para estructurar estos ejes decidimos proponer igual número de artistas que tuvieran un trabajo relevante y pertinente en relación con cada uno de ellos, y que fueran significativos en relación con el contexto político y cultural del MDE07. Por eso era fundamental que generaran distintos niveles de conexión con el conjunto de artistas participantes. Para el eje de “residentes urbanos” propusimos a Adolfo Bernal, quien durante tres décadas propició un señalamiento sobre la ciudad de Medellín, que se soporta en sus propias estructuras geográficas, urbanas y comunicativas, a tal punto que el sujeto y el objeto del trabajo de Bernal es esta ciudad. Para “habitando el museo” tomamos como eje la obra de María Angélica Medina, que desde sus inicios ha gravitado sobre el desmantelamiento de las convenciones culturales que aíslan el arte del tipo de prácticas sociales que constituyen la vida diaria, infiltrando los espacios institucionales con formas de habitabilidad ligadas al lenguaje y al papel del cuerpo.

En los restantes ejes, constituidos por una oposición binaria, tales como “hospitalidad/hostilidad”, “xenofobia/xenofilia” y “parasitismo/simbiosis”, propusimos artistas con una trayectoria más visible en el ámbito internacional, cuyo trabajo se fundamentara en ese tipo de contradicciones. Son, en su orden: Antoni Muntadas, Cildo Meireles y Antonio Caro. En ellos, la ocupación de un espacio material, discursivo o político no siempre está precedida de una predisposición para tal fin, de tal suerte que las obras de estos tres artistas responden de manera heterogénea a los efectos del colonialismo y la marginación ideológica, ya sea por la apropiación, la resignificación contextual o la mímica cultural.

El sentido de tener ejes dentro del MDE07 está tan lejos como pueda pensarse de un gesto consagratorio, porque lo que el encuentro busca, por un lado, es producir arraigo, en términos históricos y conceptuales, de estrategias y modos de operación dentro del arte contemporáneo, que han sido pertinentes y relevantes en nuestro contexto cultural por varias décadas, y por el otro, intensificar la dimensión vital y pertinente del trabajo de estos artistas.


Jaime Cerón

Co - curador MDE07

Casa del Encuentro


Entrevista adaptada a partir de la publicación en el Periódico La Hoja de Medellín en febrero de 2007 a Gabriel Sierra 
Por Ana Paula Cohen

El 10 de febrero de 2007 se da la apertura pública de la Casa del Encuentro una de las Zonas de Activación del Encuentro Internacional MDE07, en la antigua sede del Museo de Antioquia. este proyecto proponne que el espacio dearte sea habitado al ritmo de la vida cotidiana: de la convivencia, de la conversación, de la lectura, de la investigación. En ese sentido, el artista y diseñador colombiano Gabriel Sierra (San Juan de Nepomuceno, 1975) desarrolla un mobiliario específico, no solo para crear un ambiente cálido y acogedor, como también para mostrar, archivar y coleccionar las diferentes obras expuestas, de acuerdo con la lógica de cada trabajo.



Ana Paula Cohen: ¿Cuál es la propuesta para el desarrollo del concepto general de los espacios de la casa?
Gabriel Sierra: Lo más importante son las funciones y los usos que cada espacio va a tener. Vamos a construir algunas estructuras y objetos que sugieren la idea de familiaridad. Hay que tener en cuenta que proponemos una casa que no es una casa, entonces utilizamos elementos familiares, de la vida diaria, pero de otra forma. APC: ¿Eso lo logras con el uso de materiales que defines para los muebles?
GS: Si. Los materiales son muy importantes porque tienen una “personalidad”. La madera, por ejemplo, es como el material con que la gente se conecta más, tal vez porque está viva. Viene de los árboles y aunque la industria la transforme nunca pierde el carácter orgánico que la mantien viva. Los materiales que me interesan para este proyecto son aquellos donde quedan las huellas del uso de la gente.
También estoy trabajando con arquetipos -la mesa, la silla, el estante, la bombilla, la escalera-, con la idea de que la gente se sienta identificada, que pueda hacer relaciones directas con su entorno doméstico.
APC: ¿Qué te parece la idea de abrir la casa con apenas dos salas listas, y que poco a poco la vayamos construyendo, ya con la presencia del público?
GS: Hemos discutido mucho sobre este tema en el proceso de construcción de la Casa del Encuentro. Más que una sala de exposiciones, este espacio parece como un cultivo  que hay que cuidar día  día para que se mantenga vivo, donde cada lugar requiere atención específica.
APC: Si. No solo de nosotros que la construimos, también del público que viene a habitarla, creo. ¿Y cómo se relaciona ese proceso con el trabajo que vienes desarrollando como artista?
GS: Mi trabajo consiste en entender las relaciones que establecen las personas con los objetos, con los lugares y con el espacio, en relación indirecta con la sobrevivencia. Me interesa ess pequeños logros que la gente construye en su intimidad, aprovechando su tiempo libre, como construir una casa a la medida de su propio perro o armar un álbum familiar de forma cronológica. 

Espacios Expositivos


Museo de Antioquia, La Casa del Encuentro, Museo Universitario (U. de A.), Eafit, Museo de Arte Moderno de Medellín, Suramericana, Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, Alianza Francesa, Centro Colombo Americano





Dispositivos de circulación del MDE07

En nuestra época, los artistas ponen a circular sus obras a través de estrategias tan diversas como intervenir espacios concretos, insertarse en los medios de comunicación o participar en proyectos editoriales, sin perjuicio de llegar a utilizar, simultáneamente, los canales habituales de exhibición. Por esto el MDE07 funcionó como un conjunto de plataformas de circulación de las prácticas artísticas contemporáneas, que movilizaron no solamente el trabajo creativo –presente en exhibiciones, inserciones o intervenciones de arte- sino también una diseminación de discursos y concepciones diversas en torno al arte, mediante conferencias, entrevistas, talleres, publicaciones, proyecciones audiovisuales y experiencias sonoras.

Al tomar la hospitalidad como el eje estructurante del MDE07, se consideró que la relación tácita que se llegara a establecer entre las personas que participarían de la realización del certamen se concibiera como un aspecto fundamental de su potencial arraigo en la ciudad. La hospitalidad se pensó como una estrategia política para activar y replantear la interacción entre las prácticas artísticas y la ciudad. Se basa en la experiencia cotidiana de acoger a otro, que puede implicar algún tipo de incomodidad en la figura del anfitrión, como en la del huésped, pero que puede generar una relación de mutuo provecho. En el MDE07 la hospitalidad se trasladó del ámbito privado hacia la esfera de lo público, emblematizada por la relación entre las infraestructuras urbanas y los grupos humanos que conforman la ciudad, que funcionaron como los anfitriones de múltiples experiencias culturales.

Medellín evoca dos tipos diferentes de imaginarios. Por un lado está su tradición hospitalaria que parece caracterizar los encuentros de los forasteros con la vida que transcurre en los ámbitos privados.  Pero aun persiste una imagen hostil que se asocia a los espacios y vivencias públicos, fruto de las épocas críticas que vivió la ciudad en las décadas pasadas como producto de la guerra contra el narcotráfico. Uno de los intereses del MDE07 fue rebasar estos imaginarios y propiciar otras maneras de habitar la esfera pública mediante las experiencias culturales que sustentan las prácticas del arte.

La figura de residencia artística funcionó como un principio estructural dentro del MDE07, porque permitió establecer vínculos mucho más sólidos entre los distintos huéspedes y las instancias de la ciudad que les sirvieron de anfitriones.  Muchos de los profesionales del campo artístico de la ciudad lograron articularse con estos visitantes y viceversa. En el MDE07 hubo artistas en residencia, espacios independientes en residencia, diseñadores en residencia, y curadores en residencia, entre otros.

Una residencia es un medio de trabajo que busca desembocar en diferentes líneas de acción y que responde a variados intereses. Su principio estructural es permitirle a un artista, o un profesional del campo artístico (curador, crítico, historiador del arte, periodista cultural o docente) vivir una experiencia cultural específica, que complemente su bagaje y que de acuerdo a la naturaleza del programa en que se inserte, brinde la posibilidad de adelantar diferentes tipos de proyectos.  Hay programas de residencias para visitar los museos y sus colecciones, o las hay para asistir a un proyecto de formación no formal, o para producir obras en un determinado contexto o incluso simplemente para trabajar en un lugar diferente. Dentro de la lógica que determina las practicas artísticas contemporáneas, la figura de la residencia parece altamente significativa, porque permite construir relaciones entre los artistas u otros profesionales del campo artístico, con pares e instituciones en diversos contextos que no solo potencian su capacidad para trabajar en una determinada dirección sino que les expanden los horizontes de sentido del trabajo.

Hasta hace dos décadas la máxima aspiración de un artista colombiano parecía ser la de obtener una beca de estudios de posgrado en el exterior, que garantizara el acceso a un discurso académico o teórico hegemónico que sustentara la producción de sus obras. No es que esa aspiración haya desaparecido actualmente o que no sea legítima, pero hoy día parece mas apremiante la necesidad de obtener una beca de residencia que le permita indagar sobre otro tipo de saberes que estructuran las practicas del arte y que no se adquieren necesariamente dentro de un ámbito académico o que no se refieren exclusivamente al trabajo creativo. Esos otros saberes se mueven a través de las relaciones que se producen entre instituciones, profesiones y personas que se cruzan para producir esa experiencia cultural que conocemos como arte. Es importante experimentar la manera como estas relaciones operan en un contexto distinto.

Las instituciones culturales de las alcaldías de Bogotá y Medellín, generaron programas de residencias que permitieron que se sumara un grupo de diez artistas al MDE07, que proyectaron la programación del encuentro mucho más allá de sus límites, con acciones que llegaron hasta el año siguiente.

En el intento por habitar la esfera pública de la ciudad, mediante diferentes prácticas artísticas, se pensó que el MDE07 operara mediante distintos dispositivos que fueron denominados “Zonas de activación”. Junto al amplio y heterogéneo conjunto de espacios expositivos (museos, salas de exhibición, espacios independientes, centros culturales, espacios públicos), estas “zonas” incluyeron los medios impresos y la radio como espacios de la ciudad en donde ocurriría el MDE07. También se sumaron a ellas dos plataformas paralelas para dar cuenta del cine y de las prácticas sonoras que fueron El inquilino y Experiencias sonoras.

El espacio denominado La Columna del encuentro fue propuesto en el mismo rango de importancia que un espacio de exhibición, en lo que respecta a la función de inscribir el arte en la esfera pública. Su papel consistió en poner a circular las ideas y concepciones culturales que impulsan las prácticas artísticas, llegando incluso a movilizar proyectos de creación que requerían de la circulación impresa.

El Citófono, fue el espacio en la radio, que abordó los temas relacionados con el Encuentro, contando con la participación directa de los artistas, críticos y curadores invitados y también funcionó para promover proyectos sonoros y musicales. Por fortuna, este espacio siguió funcionado mucho más allá del encuentro, de modo que esta activo hasta el día de hoy.

Jaime Cerón

Co - curador MDE07


Artistas Ejes


Antonio Caro, Adolfo Bernal, María Angelica Medina, Antoni Muntadas, Cildo Meireles



Antonio Caro

Las prácticas artísticas de Antonio Caro han opuesto resistencia a los principios culturales y políticos del colonialismo, y los han desafiado. Para lograr esto, el artista ha revisado las construcciones sociales que sostienen la idea hegemónica de realidad y ha replanteado el lugar que el arte ocupa dentro ellas. El conjunto de obras que Caro presentó dentro del evento MDE07 es un claro ejemplo de la manera como su trabajo suscita, entre los espectadores, diversos tipos y niveles de respuestas a los señalamientos específicos que el artista hace en su obra.

El Homenaje a Manuel Quintín Lame (importante —y a la vez desconocido— líder indígena colombiano de comienzos del siglo XX) consiste en la realización de una copia de su firma en achiote. La firma de Quintín Lame remite a dos sistemas de representación cultural a la vez: la escritura occidental y la grafía indígena. Ambos activan la historia de Manuel Quintín Lame, quien trabajó incesantemente durante toda su vida en búsqueda del reconocimiento de los derechos culturales y políticos de su comunidad. Aunque actuó por medios pacíficos y desde los marcos legales, pasó la mayor parte de su vida en la cárcel. Cada vez que Caro realiza esta firma en un lugar particular, a manera de una “pintura in situ”, actualiza simbólicamente la presencia existencial de Quintín Lame y nos permite recordar lo que esconde su ausencia de los relatos históricos oficiales.

Como consecuencia de este proyecto podría entenderse su obra Matas de maíz, pues éstas se han convertido en emblemas de la diferencia cultural, por los diversos usos sociales que esta planta ha tenido en América. En una ubicación cercana estaría el Proyecto 500, que funcionó como una contra representación de la celebración del quinto centenario del “descubrimiento” de América. Cinco años antes de la fecha oficial de esta inquietante conmemoración, Caro comenzó en Medellín a realizar una serie de charlas en donde relataba diferentes acontecimientos y proponía acciones simbólicas en la vida diaria que resistieran los efectos coloniales. El número 500 llegó a convertirse en emblema del proyecto. Aquí no cabe el artees una obra que cuestiona la relevancia cultural y política de las prácticas hegemónicas del arte y sustituye el lugar simbólico que éstas ocupan por el señalamiento a las muertes de estudiantes e indígenas como efecto del terrorismo de Estado.

El trabajo de Antonio Caro circula por distintos canales para activar o movilizar sus enunciados según contextos específicos. Por ese motivo una misma obra se produce, o a veces se reproduce, para cada una de sus inscripciones públicas, mediante procedimientos similares aunque no idénticos. Recientemente el artista ha implementado un principio que él mismo denomina “reposición”, que consiste en volver a producir y a poner en circulación obras asociadas a una dimensión objetual fija. Tal es el caso de sus actuales versiones de Colombia-Coca-cola, donde se cruza la tipografía de una marca comercial multinacional con el emblema de identificación de nuestro país, con el fin de generar preguntas acerca de la soberanía y el poder.

Junto a los efectos culturales y políticos de las obras hasta aquí referidas, es importante considerar las reflexiones de Caro sobre los aspectos económicos, siempre en relación con representaciones culturales, como su icónico trabajo Todo está muy caro, que cambia el sentido de su apellido al asociarlo con el costo de la vida. En Su salud está por el suelo parecen sintetizarse muchas de las preocupaciones que han orientado distintos trabajos a lo largo de su carrera. Algo similar ocurre con su trabajo Achiote. Estas obras insisten en una pertinencia local, reforzada por su localización característica en el espacio expositivo. Asimismo, evidencian prácticas de resistencia cultural que se asocian a saberes ancestrales.

En proyectos como Malparidos y Dosis personal la presencia objetual es mucho más discreta, al punto que su carácter museal es mínimo. Básicamente, estas obras movilizan posiciones y opiniones que desbordan el mundo del arte, intentando emerger realmente por la respuesta cultural de quienes tengan contacto con ellas.

Jaime Cerón

Co - curador MDE07


Proyecto Editorial

Edición: Fondo Editorial Museo de Antioquia
Editores: Ana Paula Cohen, Jaime Cerón
Coordinación editorial: Adriana Pineda, Adriana Rios Asistencia editorial: María Antonia Pérez, M.Adelaida Arango
Editor Gráfico: Gabriel Sierra
Textos: Adriana Pineda, Alberto Sierra Maya, Ana Paula Cohen, Carlos Carmona, Cildo Meireles, Conrado uribe, Egda Rubi García, Gabriel Sierra, Jaime Cerón, José Roca, Kike Betancur, Kim Einarsson, Lucía González, María Inés Rodríguez, María Lind, Mauricio Carmona, Michèle Faguet, Óscar Molina, Óscar Muñoz, Tony Evanko
Traducción: Bernardo Ortíz, Clark Solack, Michele Faguet, Sally Station, ThelanguageDepartment.net, Tom Griggs, Victor Albarracín
Prediseño: Lina Rada
Fotografía: Carlos Tobón, Juan Fernando Ospina, Mediateca
Correción, diseño y diagramación: Tragaluz editores S.A.
Impresión: Editorial Artes y Letras S.A.S

Dedicado a: Adolfo Bernal