Reseña, Conversaciones con el fantasma
Publicado en: Arcadia no. 150.
Año: 2017
Uno de los vacíos que se encuentran en la actividad artística en América Latina, es el limitado conjunto de relatos que han sido escritos para contar su historia. En el caso específico de Colombia este conjunto de relatos es aún más escaso porque la mayor parte del acervo existente ha sido escrito en las dos últimas décadas. Si alguna persona se quiere acercar al arte colombiano contemporáneo a nuestro momento, se encuentra con un amplio conjunto de textos que pueden leerse como divergentes, porque han sido escritos para coyunturas particulares que en ningún momento demandaron una toma de distancia que hubiera podido mostrar un panorama más amplio en el tiempo y el espacio.
Esta situación ha llevado a que en Colombia no se conozcan ampliamente los diferentes actores que le han dado forma al campo del arte a lo largo de los últimos 50 años, sino que solo hayan sido identificados por sus propios colegas.
El libro Conversaciones con el fantasma fue realizado por Martín Nova para llenar en parte esos vacíos y para dar a conocer en un contexto más amplio los personajes, posturas, circunstancias y situaciones que han conformado el arte contemporáneo colombiano durante la última mitad del siglo. El punto de partida fue Leonel Estrada quien fue precisamente un personaje clave dentro de ese contexto, no solo por el acervo de obras que realizó como artista, sino también por la gestión que llevó a cabo para realizar los primeros certámenes artísticos de carácter internacional en el país que fueron las bienales de Coltejer. A Estrada no lo conoció Nova por su rol en el mundo del arte, sino porque era su abuelo.
El camino que emprendió Nova para dar forma al libro fue el de la conversación, que logra tener unos flujos de sentido que no siempre se logran en otros formatos y que además permiten escudriñar diferentes dimensiones de los hechos que son objeto del intercambio verbal. Dado que no le fue posible conversar con Leonel Estrada acerca de todas las experiencias que caracterizaron su rol dentro del campo del arte (porque la idea del libro surgió después de su muerte) si estableció un periodo de tiempo para delimitar el libro que abarca los últimos 50 años que coincidirían con el momento en que comenzó a trabajar en arte Leonel Estrada.
El libro compila 32 entrevistas con personas que desempeñaron un papel en la conformación del arte contemporáneo colombiano, ya sea porque dirigieron instituciones artísticas, o trabajaron como críticos de arte, o como curadores o como gestores de proyectos. Son personas que tuvieron la posibilidad de sumergirse en el campo artístico y ver desde adentro la manera como se construyó paso a paso a lo largo de estas cinco décadas. Hay historiadores del arte como German Rubiano o Álvaro Medina, directores de museo como Gloria Zea o Claudia Hakim, curadores como Alberto Sierra, Carolina Ponce de León o José Roca, galeristas como Luis Fernando Pradilla, Jairo Valenzuela o Catalina Casas pero solo hay cinco artistas que son Álvaro Barrios, Beatriz González, Carlos Salas, Oscar Muñoz y Miguel Ángel Rojas, que no están presentes en el libro por la obra que han realizado sino más bien por actividades que desarrollaron en el campo artístico que han tenido efectos más allá de ellos mismos.
Al pasar a través de las distintas conversaciones se van materializando eventos, obras, exposiciones, debates y contradicciones que han ido abonando el campo del arte a lo largo de los años y que le han permitido expandirse y complejizarse de la manera como lo ha hecho. La heterogeneidad de las voces reunidas son la evidencia de la sorprende vitalidad que caracteriza el arte colombiano.