San Andrés, Providencia y Santa Catalina
Escrito respecto a la obra San Andrés, Providencia y Santa Catalina de Antonio Caro. Expuesta en la Galería Santa Fe.
Año: 1997
La instalación de Antonio Caro que aquí se presenta, utiliza el mismo tipo de estrategia comunicativa que ha caracterizado la mayor parte de su obra. Se trata de llevar a cabo un desplazamiento de las ideas que se van acumulando sobre elementos tales como: una marca comercial, una planta, un personaje histórico, una cifra, o una palabra, entre otros.
En San Andrés, Providencia y Santa Catalina, se produce una conexión con el archipiélago mismo, grabado en la parte posterior de la moneda de diez pesos. La relación no está explicita por esto se hace necesaria una indagación por parte del negociador. Lo significativo de esta obra es que únicamente existe como tal en el momento que es exhibida: es decir, que es solamente esta situación particular lo que permite transgredir su valor de uso. Fuera de este ámbito se trata simplemente de monedas.
Esta situación es como un nuevo sistema de relaciones que intensifica la presencia de cada moneda por separado mientras refiere su cambio de función en el conjunto. Dado que estas monedas son elementos materiales que tienen una existencia reconocida (externamente a la obra) funcionan paradójicamente. Crean una comunicación inmediata con el espectador que simultáneamente se percibe como distante por la extrañeza de su relación.
Aunque reconozcamos la moneda de diez pesos, aunque la hayamos utilizado en alguna circunstancia; estamos abocados a redefinir su valor y a enfrentar aspectos de ella que no parecían visibles previamente. Si con frecuencia esperamos que un signo artístico sea el lugar de un acontecimiento, en la obra de Antonio Caro encontramos una subversión de este principio. Sus obras son emblemas silenciosos que dan paso a un cierto tipo de vacío. Si va a tener lugar un acontecimiento, es claro que este queda en manos del espectador.
Jaime Cerón Silva
1997