Una enciclopedia para toda la familia (Imágenes de archivo)

Museo de Antioquia
2008 - Medellín, Colombia

Curador: Jaime Cerón
Asistencia de Curaduría : Adriana Rios
Artistas participantes:
Raimond Chaves, Rodrigo Echeverri, Pablo Adarme, Miler Lagos, Miguel Jara, Marco Mojica, Mateo López, Luke Dubois, Luis Hernández Mellizo, Daniel Salamanca, Gabriel Botero, Carlos Mario Giraldo, Alejandro Sánchez, Alex Rodriguez Asistencia de montaje: Javier Murillo Fotografía: Carlos Tobón. Archivo Museo de Antioquia

Descuadernando la enciclopedia.

Desde los albores de la modernidad la palabra enciclopedia se ha asociado a las pretensiones de conocer el mundo “tal cual es”. Por esa razón todas las enciclopedia parecen compendios exhaustivos de todo tipo de saberes, hechos y situaciones humanas que se presentan organizados según diversas categorías. En su afán por clasificar y explicar el mundo, las enciclopedias, olvidan hacernos saber que sus principios de clasificación son ficticios y que por lo tanto los alcances de su sabiduría pueden ponerse en cuestión con relativa facilidad. Las bibliotecas son los perfectos sucedáneos de esas enciclopedias que han dejado su huella indeleble en el sistema de conocimiento por excelencia del presente que es la internet.

Las artes visuales tienen su propia enciclopedia que no es otra que el museo. De forma paralela al surgimiento de las enciclopedia en el siglo XVIII fueron emergiendo los museos, que con la ayuda de la historia del arte, serían los responsables de ordenar y clasificar la actividad artística. Casi desde el momento mismo de la aparición de los museos comenzaron los artistas a cuestionar sus pretensiones explicativas lo cual modificó para siempre las concepciones y prácticas del arte. En ese sentido la idea del arte como archivo comenzó a ser posible como práctica, lo que convirtió a las obras, paulatinamente, en compendio de formas de representación del mundo.

Si la superficie de la obras funciona como un “libro abierto” en relación con lo que ha sido el arte anteriormente, es en parte para hacer una parodia del ordenamiento del mundo que propone la inclusión del arte dentro de los museos. Los museos son tan efectivos en su función enciclopédica que pueden incluir incluso las bibliotecas.

Los artistas que integran la muestra Una enciclopedia para toda la familia se ocupan de examinar distintos tipos de experiencias humanas que parecen demarcar el lugar de un sujeto dentro de sistemas de representación cultural, social y política. Sus obras indagan sobre el lugar del poder, las dinámicas de la comunicación, los rasgos de la vida urbana, los pormenores de la vida diaria, los efectos de la historia y el sentido de las propias imágenes artísticas. Muchos de ellos recurren al dibujo y la pintura para activar las convenciones culturales que identifican esos medios a fin de acercarse a sus propios intereses.

Cuando estos artistas asimilan los procesos de creación artística al ordenamiento y la clasificación de distintos elementos, lo hacen en parte para cuestionar las pretensiones universales de conocimiento, propias de la modernidad, o para resistirse a sus efectos normalizadores. En ese orden de ideas están señalando la imposibilidad de conocer al mundo y plantean rutas alternativas para saber de qué se trata “lo real”. Las estrategias que evitan seguir la lógica de la razón convencional -aquella que pretende explicar las cosas tal y como son- quizás logren encontrar otros sentidos sin pretender anticipar las implicaciones de la existencia ni deslumbrarse con su aparición.

Jaime Cerón