Una lingüística general,
acerca de los usos de los textos
Publicado en: Exposición Linguística general: textos visibles, audibles, y legibles.
Año: 2004
Hace aproximadamente treinta años, se viene presentando una condición paradójica dentro de las artes visuales que consiste curiosamente en un intento de escapar de su visualidad. Junto a la performatividad que ha caracterizado la apropiación de los diversos medios artísticos por muchos artistas de nuestra época, resalta de forma singular la intención de propiciar como proyecto artístico, intervenciones o señalamientos de circunstancias o problemas sociales “en tiempo real”.
Algunos artistas desde ese entonces han desarrollado estrategias para ubicar su práctica en un terreno cultural distinto a los circuitos artísticos autorefererenciales, en donde el arte simplemente “venía siendo arte”. En América Latina, por ejemplo, la desobediencia de las tradiciones artísticas canónicas, ha implicado adicionalmente un rechazo a distintos efectos del colonialismo del cual heredamos nuestra occidentalidad con todas sus costumbres, creencias y legados. La globalidad de tales exploraciones fue llevando a los artistas latinoamericanos, casi al unísono, hacia la colonización del lenguaje verbal en reemplazo, hasta cierto punto, de la herencia estetico - formal del arte occidental. Es pertinente entonces, detenerse a observar la manera en que la lingüística como tal se conformó paralelamente al proceso de consolidación del arte moderno. De hecho, hacía el final de ese proceso ella llegaría a convertirse en uno de los campos del saber con mayor influencia en la definición de los rumbos del pensamiento más característico e inlcuso del final del siglo veinte. Fueron sus cnceptos y herramientas los que perfilarían o en gran medida serían responsables de los logros alcanzados por la filosofía, el psicoanálisis, la antropología estructural, la sociología cultural y la teoría del arte generados posteriormente a la segunda posguerra.
Cuando los artistas se han resistido a abordar dócilmente la visualidad están intentando revitalizar sus canales de articulación con los sujetos que se apropian de sus prácticas, para potencializar la incorporación de los trasfondos culturales que ellos portan, a los discursos que se puedan enunciar como resultado de tales apropiaciones. De esta manera la recurrencia a los signos verbales y sonoros garantiza un nivel de parentesco entre los procesos artísticos y otro tipo de prácticas sociales que hacen parte de campos y situaciones desligadas de las convenciones artísticas. Por ese motivo, el acceso al lenguaje verbal introduce un puente hacia la interdisciplinariedad dado que introduce abiertamente una duración temporal dentro de situaciones que solían ser básicamente espaciales.
Como resultado, se abren compuertas entre diferentes experiencias culturales que ponen en suspenso las nociones de talento, gusto o juicio estético, que durante décadas fueron los principales instrumentos de poder en torno a la práctica artística y con los que se mitificó la acción discursiva. Cuando las prácticas artrísticas asumen formas verbales ese accionar del discurso se convierte en el poder que ejercen los espectadores que se toman el trabajo de indagar sobre el valor potencial o más bien la pertinencia que tienen para ellos las estructuras propuestas.
Jaime Cerón
Bogotá, junio de 2004