Warhol y la transgresión



Publicado en: Arcadia.
Año: 2009

Para ser el artista que fue, Andy Warhol tuvo que cruzar muchos límites. Primero, disimuló su origen checoslovaco editando su apellido Warhola. Después se mudo de su natal Forest City a Pittsburg y finalmente a Nueva York. Luego, a pesar de estudiar diseño publicitario y trabajar en ese campo terminó haciendo arte. Pero antes que nada atravesó el límite de la sexualidad hegemónica, que a la larga fue el más determinante respecto a su vocación transgresora, y no lo hizo a voluntad. Su papel validador de experiencias culturales exteriores a la elite, como la cultura “queer”, apenas está siendo comprendido y estudiado.

Cuando Warhol hacía publicidad, se valía de los rasgos formales y procedimientos de las bellas artes, (como el dibujo y la laminilla de oro) pero cuando hacía arte se basaba en los de la publicidad (como los esténciles y la serigrafía). Al ser consciente del virtuosismo que caracterizaba sus trazos, y de la manera como enlazaba su trabajo a una sensibilidad artística ya aprendida y valorada, llego a idear procedimientos para explorar otras situaciones y conquistar nuevas referencias. Al comienzo dibujaba sobre cartones impermeables, usando tinta china, y les superponía un papel absorbente para transferir la imagen evadiendo la destreza de sus líneas. Luego llegó a dibujar con el lápiz sin punta, tomándolo con todos los dedos, para rayar agresivamente el papel y desviarse del refinamiento formal establecido. Finalmente terminó empleando la fotografía (usó la polaroid desde 1962) y la serigrafía como las principales herramientas de su pintura.

Su obra fue precedida por la fascinación obsesiva y delirante por la fama, que lo llevó a decir inicialmente que quería ser tan famoso como Matisse, luego que deseaba serlo tanto como Picasso y finalmente como la reina de Inglaterra. Ese culto banal por la fama, que implica la fantasía de elevarse sobre las masas, parece ser el síntoma social de nuestra época. En Warhol también se puede asociar a una creencia mas remota que tiende a unir el arte con una noción romántica de inmortalidad.

La muerte era el motor que impulsaba con mas fuerza su trabajo inicial al punto que uno de sus proyectos cruciales es Muerte en America que no sólo enmarca su revisión de los accidentes, desastres, suicidios, disturbios o armas –incluida la silla eléctrica- sino la elección de las tres primeras divas que retrató que fueron en su orden, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor y Jacqueline Kennedy, las cuales en ese momento ya estaban marcadas por el trauma.  

Sus primeras obras sobre Marylin Monroe comienzan unas pocas semanas después de su aparente suicidio en agosto de 1962. Warhol eligió la foto fija, en blanco y negro, de la película Niágara de 1953, de la que usó un fragmento que sirvió de matriz para todas las obras que realizaría en torno a ella en los años posteriores. La razón para utilizar una foto de casi una década de antigüedad tenía que ver con su carácter icónico respecto a la imagen pública de Monroe, que haría más evidente el significado de su muerte como celebridad.  Elizabeth Taylor, que era tan famosa en Hollywood como Marylin, es retratada por Warhol poco después, en relación con la catastrófica enfermedad que padeció durante la filmación de Cleopatra y que nuevamente emparentó en la mente pública a las dos actrices. Luego, el asesinato de Kennedy es lo que termina conduciendo a Warhol hacia Jacqueline.

El interés por la fama y por la muerte, llaman su atención sobre Pollock, el más famoso artista norteamericano de la historia, que murió al conducir ebrio. Warhol necesitaba descifrar la obra de Pollock y se fijó en la horizontalidad que dominaba sus imágenes como resultado de que pintara sobre el suelo, su rasgo más transgresor. Por eso ubicó lienzos en blanco en la puerta de su casa, para que fueran pisados por sus invitados, dejando huellas oscuras (como las que dejaba Pollock al pintar). Luego realizaría sus pinturas urinarias, hechas al orinar sobre lienzos vacíos secados en el piso para mantener el mismo carácter horizontal. Warhol pensaba que la obra de Pollock se podía entender como el residuo de un gesto líquido realizado sobre una superficie por un hombre que permanece de pie. 

En los setenta este gesto líquido adquirió una connotación homo erótica cuando Warhol produjo sus Pinturas de oxidación, hechas de nuevo con la micción, pero depositada esta vez sobre pintura dorada, que conectaban la alta y la baja cultura –el arte abstracto y la lluvia dorada en los baños públicos- en una sola imagen.  La censura se desató sobre su obra, en una sola ocasión, a raíz del mural los Trece hombres más buscados (que en inglés también significa los más deseados), que eran retratos de criminales. La razón provino tanto del tema como de la atracción que suscitaban las imágenes en el mismo Warhol. La idea de un hombre deseando o buscando hombres les habría parecido a las autoridades tan criminal como los mismos hombres retratados.


Jaime Cerón